jueves, 23 de septiembre de 2010

LA TRAGEDIA A LA MANERA DE LA HUASTECA

Nunca, en toda la historia de Veracruz, la naturaleza obró con tanta saña como en esta ocasión, muertos y desaparecidos en todo el estado, miles de cultivos falleciendo entre el lodo y el agua, el ganado de cualquier especie sirviendo de alimento a la rapiña, y el llanto, llanto que se derrama en casas destruídas, en enseres perdidos, el patrimonio hechado a la basura y la impotencia de no poder adivinar que en los escombros, hay un niño pequeño que no puede gritarnos,

Y...otra vez la tragedia,
las risas congeladas,
el llanto en las miradas,
las verdades a medias,
pero, pues ¿Qué remedias?
tan solo ves el lodo
que lo ha cubierto todo,
la casa, el patrimonio
que hiciste con encomio
ya se perdió y, ni modo.

Ya se seco entre sangre
la lágrima iracuda,
ya la tierra se inunda
y te amenaza el hambre;
vas mirando el enjambre
de los damnificados
y revientas chiongados
al infierno o al cielo,
ya se murió el anhelo
pese a ser "rescatados"

Ya miras impotente
como las aguas suben
y entonas el querube
de manera elocuente;
más, surge la simiente
de la raza gloriosa
y apretando a tu esposa,
tus hijos y demás,
cantando vas detrás
de aquél que ya reposa.

Esa es mi patria amada,
mi raza floreciente,
que constante y valiente
busca nueva alborada.
ya habrá otra madrugada,
bueno estar bien y sano,
para tender la mano
al que encuentras cahído
y en un acto encendido
darle apoyo de hermano.

Y de entre los escombros
continuara el fandango,
son jarocho o huapango
y el pueblo hombro con hombro.
se llenara de asombro
todo aqúel que pensara
que mi pueblo llorara
por una eternidad;
y no, eso no es verdad
tampoco es cosa rara.

Arturo Mendoza Rangel

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