viernes, 10 de septiembre de 2010

ESTADISTICAS DEL INEGI NO SON CONFIABLES


Estadísticas del INEGI no son confiables

Salarios bajos para la clase laboral

Por Luis González Romero

Poza Rica, Ver.- Las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) no son del todo confiables, pues existen enorme distancia entre los datos que revelan con la realidad, sobre todo en el ámbito de población y laboral, porque en el país existen millones de personas con trabajo pero con salarios bajos, en tanto que en cuanto a la juventud, millones estudian y la otra mitad ni estudian ni tienen trabajo.

El dirigente regional de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Ariel Barra Sagahon, manifestó su preocupación por esa situación, pues incluso destaca que existen trabajadores sindicalizados que no tienen patrón y que por lo mismo no tienen acceso a la asistencia social en ninguna de las instituciones del sector salud, mucho menos a las prestaciones laborales que estable la ley.

La situación que viven los trabajadores sindicalizados es similar a la que viven millones de mexicanos en el país, pues “nos confunden las cifras, sobre todo las que da el INEGI, pues no existe un censo confiable para saber lo que tenemos en el país, para saber de las personas que tienen empleo y quienes carecen de él, pues lo jóvenes mexicanos ni estudian ni tienen empleo, y se habla de millones; pero también existen millones de mexicanos que sin tienen empleo, pero con salarios mal pagados y la mayor parte de ellos tienen trabajos temporales”.

La solución es tener más empresas que garanticen contratos colectivos de trabajo, firmados por organismos sindicales; pero existe una total incongruencia entre los que se dice y en lo que se hace. Por ejemplo citó que el gobierno siempre se refiere a los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, a donde se dan de alta a los trabajadores; pero también existe un ISSSTE y hospitales de PEMEX, de los cuales nunca se mencionan cifras.

Pero el dirigente sindical va más allá, al citar que existen empresas que por ejemplo tienen 100 trabajadores y al Seguro Social solamente ingresas a diez, por lo que no se pueden confiar en las estadísticas del INEGI y de las instituciones; pero además se refirió a las compañías transnacionales que han llegado a la región y que trabajan para Petróleos Mexicanos, las cuales contratan trabajadores libres (no sindicalizados) y si bien es cierto que más o menos les pagan bien; tanbien es muy cierto es que no tienen ninguna garantía y mecho menos las prestaciones de ley.

Por encima de eso laboran en condiciones inseguras, en aéreas de alto riego, jornadas hasta de 16 horas y por el mismo salario, toda una serie de violaciones a la Ley Federal del Trabajo. No tienen quien los defienda y los corrigen cuando quieren, motivo porque el que los tribunales de Conciliación y Arbitraje están saturadas de demandas laborales; solamente que no los obreros desconocen los requisitos que se tienen que aportar y condiciones que existen entre PEMEX, las transnacionales y los trabajadores y por lo mismo no siempre proceden sus demandas, porque no tienen los conocimientos de las condiciones en que fueron contratados. Es incongruente que los trabajadores tengan la necesidad de demandar sin conocer cuales son sus derechos laborales.

Reconoce que con la llegada de las empresas subcontratadas por PEMEX se ha registrado importante derrama económica que beneficia a los prestadores de servicios, así como a los trabajadores libres; pero con ello no se soluciona el problema de la clase trabajadora, sobre todo porque en la mayoría de los casos son empleos temporales.

La otra cara de la moneda es que las calles y avenidas de la ciudad están saturadas de unidades pesadas, que aparte de que causa destrozos en el pavimento, ocasión caos vial por todas partes, lo cual se refleja en problemas para el resto de la población, porque no se puede transitar con normalidad; pero son efectos de un “segundo aire” que registra la región en el auge petrolero con el proyecto Aceite Terciario del Golfo.

Lamentablemente –dijo- los sindicados “no participamos en este trabajo”; en tanto que por otro lado señaló que nos habitantes de las grandes urbes –como Poza Rica- se alimentan con productos del campo y se pregunta que se está haciendo para fortalecer la productividad, pues los campesinos ya no quieren producir y optan por emigrar a otras regiones o exponen hasta la vida para cruzar a los Estados Unidos, en donde son empleados y en donde se les paga mejor que en su país.

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