50 Aniversario de la Escuela Club Rotario de Tehuacán.
Luis Hernández Montalvo.
Don Juan Flores fue la cabeza de un clan de profesores en Tehuacán, Puebla, pero también, el primer director de la Escuela Primaria Club Rotario en 1961.
En los días que corren, la Escuela Primaria Club Rotario de la ciudad de Tehuacán, debe estar celebrando su Cincuenta Aniversario. En febrero de 1961, cuando apenas tenía siete años, ingresé a la escuela, teniendo como primer maestro al profesor Juan Flores.
Lo recuerdo como un hombre maduro, de rasgos toscos y muy serio que acentuaba su expresión de indígena mixteco, el maestro Juan solía llegar a la escuela muy temprano, para lo cual debía recorrer una distancia de aproximadamente dos kilómetros en bicicleta.
Los niños lo íbamos a esperar a la puerta de su casa y lo acompañábamos en su recorrido, el manejaba su bicicleta despacio, a veces se detenía para esperarnos, conforme nos acercábamos a la escuela, el grupo de niños era tan grande que prácticamente bajaba de su bicicleta para caminar en medio de la polvareda que levantaba la algarabía de niños, muchos caminábamos descalzos y enterrábamos nuestros pies en un mar de talco, que por aquellos días las calles sin pavimentar, daban la impresión de un desierto.
Mi generación tuvo acceso por primera vez a los Libros de Texto Gratuitos, dejando atrás los libros que por aquella época eran de mala calidad, muy costosos y de difícil adquisición de la inmensa mayoría de las familias mexicanas. Un año antes, en 1960, Don Martín Luis Guzmán ya encabezaba la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuito, el CONALITEG, organismo que editó por primera vez 19 títulos de libros para los niños y dos para los maestros.
Nuestra escuela se construyó en los días que el país celebraba el 150 Aniversario de la Independencia y el 50 Aniversario de la Revolución Mexicana. Los libros son ilustrados por los mejores artistas gráficos de la época como David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Alfredo Zalce, Fernando Leal y Raúl Anguiano. En sus páginas encontramos una fuente de inspiración de patriotismo que nos marcó para siempre.
La portada de los Libros de Texto Gratuito de 1962, es una portada clásica en donde se representa a la Patria como una victoria alada, se trata del rostro de una mujer morena con rasgos indígenas que cobija entre sus alas los productos del trabajo de los mexicanos en alusión al cuerno de la abundancia en donde se representan productos agropecuarios e industriales como símbolos del progreso. Esta visión de la Patria es de Jorge González Camarena.
La Escuela Primaria Federal (por su financiamiento sigue siendo federal), está ubicada en la calle 9 Poniente y Álamo Número 718 de la ciudad de Tehuacán, según registro en internet. En 1961, los niños sabíamos que nuestra escuela había sido construida con el financiamiento de los Rotarios, hoy aparece como una institución federal transferida.
La Escuela Primaria Club Rotario de Tehuacán se construyó a través del Programa Nacional de Construcción de Escuelas, impulsado por el Secretario de Educación Pública Jaime Torres Bodet, fueron de las primeras aulas prefabricadas, con mesa bancos binarios de madera y pisos de cemento con suficiente iluminación y ventilación a través de persianas y ventanas con micas de color verde y con ilustraciones de héroes de la patria ilustrados por el muralista y pintor: David Alfaro Siqueiros y dibujos de plantas y flores, pero también con mapas de la República y del cuerpo humano.
La primera escuela se construyó para los hijos de los obreros y trabajadores de aquellos días. Inicialmente fueron edificadas cuatro aulas al frente del edificio escolar, junto a la dirección y los sanitarios para niños y niñas. Al fondo se construyeron otras dos aulas. Y en el centro del patio, que era de terracería se localizaba una especie de cisterna con una llave de agua que entones si era potable y la podíamos tomar después de una agitada mañana de juegos bajo los cálidos rayos del sol.
Recuerdo las agotadoras jornadas de marcha para preparar la participación en los desfiles de la ciudad, apenas mitigadas por las frondosas copas de los árboles de la calzada que llevaba al Panteón Municipal.
Conforme la escuela tomaba su ritmo, el maestro Juan preparaba una escenificación monumental sobre el descubrimiento del pulque en tiempos de la Reyna Xóchitl, primero se presentó en la escuela y posteriormente en la ciudad, en medio de braseros con copal, música de teponaxtle y danzas prehispánicas. Completaban el cuadro, los diálogos y el pulque presentado en vasos sacramentales.
Hace 50 años, los niños recibíamos un desayuno escolar nutritivo y sabroso distribuido por el Instituto Nacional de Protección a la Infancia -INPI- antecedente del DIF, que en este año, también estaría cumpliendo 50 años. Los desayunos tenían un costo de veinte centavos.
Los festivales y las exposiciones al final de los cursos reflejaban el trabajo de un ciclo escolar, en donde se presentaban obras de títeres o se improvisaba el ring de boxeo o lucha libre.
Acompañaban al director, los profesores Carlos, Abigail, Silvina, Evangelista y dos maestras jóvenes que apenas habían egresado de la escuela normal, que a pesar se nuestra corta edad, nos llamaba la atención las minifaldas y algunos vanidosos las presumíamos como nuestras novias. Creo que una de ellas se llamaba Pilar, mi maestra, la más bonita. Carlos y Abigail, posteriormente se casaron. Al maestro Carlos lo llegué a ver por los años noventa. De mi maestro Juan tenía noticias a través de la profesora Margarita Flores Méndez, hija de mi maestro y hasta hace unos años a través de su hijo Eugenio, a los que envío mis saludos.
Nuestra escuela, a 50 años, tiene una trayectoria de luces y sombras, información disponible sobre los niveles de resultados, se ubica “en un promedio medio, pero con tendencia estable”, pero no hay información reciente sobre la prueba Enlace, o no pude acceder a ella.
Cuando he platicado con algunos niños y padres de los alumnos, tienen la percepción de que no hay un buen manejo de los recursos. Se menciona el retraso del techado de la cancha de basquetbol y problemas de financiamiento por los Rotarios, y no ven muy claro el funcionamiento del Consejo Escolar de Participación Social y su eficacia como órgano de fiscalización de los recursos de los padres de los alumnos.
Es muy probable que mis compañeros sobrevivientes tengan a sus nietos en la escuela cincuentenaria. Vallan a todos mis felicitaciones y mis mejores deseos y un recuerdo de gratitud a los maestros que compartieron su vida con nosotros y nos dieron luz a nuestros ojos por medio del alfabeto y los principios de cálculo.
A las nuevas generaciones, les pido que se preparen lo mejor posible para dar testimonio de moralidad y civismo. A los profesores, a poner su mejor empeño para lograr los mejores niveles de aprovechamiento y en la formación de ciudadanos libres.
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