martes, 10 de mayo de 2011

MADRES QUE TRABAJAN, PARA ELLAS NO HUBO FESTEJO



Madres que trabajan, para ellas no hubo festejo
Mujeres que recorren las calles para vender productos

Por Luis González Romero

Poza Rica, Ver.- Para muchas mujeres no hubo regalos, celebraciones, ni abrazos ni apacho, para ellas el 10 de Mayo fue un día más en la vida, un día común; se levantaron muy temprano para realizar su quehacer, prepararse para vender o para pedir caridad. Lo importante fue continuar en la rutina y mientras que algunas recibieron arreglos florales, otras se dedicaron a venderlos –porque alguien lo tenía que hacer- pero también otras vendieron quesos, chiles, tomates, dulces, tacos, en fin, todas las acciones con la esperanza de ganar unos pesos que les permita la subsistencia, para contar con recursos para alimentar y vestir a la familia.

Ella dice que se llama Francisca Santiago, viene de una comunidad de Papantla y dice que tiene que trabajar porque los hijos ya se fueron, ella tiene que ganarse la vida y por lo mismo viene a la ciudad para vender frutas, cargando su caja recorre calles y colonias para ofrecer su mercancía; pocas personas le hacen caso y al fin de la jornada, cuando se aproxima el ocaso del día, remata lo que le queda para no regresar con su fruta. Esto es una historia de todos los días, pero se da su descanso, los domingos no sale de su casa.

“Que Dios te bendiga hijo, regálame una moneda y no me preguntes nada, no quiero llorar. La gente me ayuda”, así nos dijo esta anciana que por lo regular se siente por las banquetas del mercado Poza Rica, sobre la calle Heriberto Kehoe.

Esta es otra mujer, fuerte de carácter y dice que seguirá trabajando hasta que Dios le permita vida. Ella carga su tina llena de plátanos todos los días, camina por banquetas y calles de las colonias, asegurando que la gente ya la conoce, que le encargan la fruta y que todos los días trabaja y que se gana entre los 50 y hasta 100 pesos al día, pero de ellos tiene que comer y pagar pasajes, “me llamo Eloísa, porque me lo pregunta”.

Esta ancianita de 85 años, vecina de Manuel María Contreras, municipio de Coatzintla, sonriente escucha pero no responde, porque nada tiene que decir; pero hay que reír “para que nos ponemos tristes”.

Por las calles de Poza Rica, en el primer cuadro todos los días hay mujeres realizando actividades comerciales, como la venta de quesos, chiles, tomates, dulces, flores, pilas, artesanías y otros productos, y ellas son las que llegan desde muy temprano para ofertar sus productos y por la tarde se retiran pero llegan otras con diferentes productos, como pan, tamales, tacos de guisado, en fin, siempre hay actividad y como aquellas mujeres que a las cinco de la mañana ya se encuentran en las terminales o gasolineras vendiendo café con leche, champurrado, pan, avena o jugos de naranja.

Para cientos de mujeres así transcurrió el 10 de Mayo, Día de las Madres, porque para ella no hay celebraciones, para ellas no hay regalos y para muchas ni siquiera una flor o una llamada telefónica de los hijos, cuando estos se encuentran lejos, en una gran mayoría en el extranjero, en Estados Unidos, en donde la vida para ellos no es fácil lejos de la familia y de su patria.

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