martes, 10 de mayo de 2011

GNOMOS, DUENTES Y CHANEQUES

GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES.
Ubaldo Alvarez Melchor

ALCALDÍAS DE 4 AÑOS, ¿PATENTE DE CORSO?

El mayor castigo para quienes no se interesan por la política

es que serán gobernados por personas que sí se interesan.

ARNOLD JOSEPH TOYNBEE

EL CONGRESO del estado analizará y resolverá si procede la iniciativa del gobernador Javier Duarte de Ochoa para reformar el artículo 70 de la Constitución Política de Veracruz, y ampliar el periodo constitucional de los Ayuntamientos a cuatro años, en lugar de tres. La propuesta está enfocada a un solo aspecto relacionado con la administración pública, la planeación; y pretende elevar la calidad del desempeño de los servidores públicos de elección popular, quienes cobran sueldos de primer mundo, pero rinden resultados propios de países subdesarrollados o en la extrema pobreza.

Sin embargo, la iniciativa no contempla el problema de una manera integral y desde sus raíces; por ello puede convertirse en una oportunidad más para que, en lugar de abatir los rezagos en desarrollo económico y social, que datan de hace décadas, se multipliquen los desaciertos y se incremente la corrupción que ya parece es consustancial a la vida institucional de los municipio en Veracruz.

El problema de fondo del pésimo desempeño de las autoridades municipales se origina antes del inicio del periodo constitucional y tiene que ver con valores éticos (si se nos preguntara la ética de cual cultura y de qué época, responderíamos: de la nuestra y del tiempo presente). Sucede que el sistema político mexicano ha sido diseñado de tal manera que los ciudadanos podemos elegir a los servidores públicos pero no a los candidatos. Los partidos políticos hacen una pésima selección de sus aspirantes y en la contienda electoral empiezan a surgir las fallas de origen: nexos con el narcotráfico, tráfico de influencias, nepotismo, casas chicas, adicciones, etc. Siendo candidatos, los hombres y mujeres que nos van a gobernar, hacen “las mejores propuestas”, afirman que “saben cómo hacerlo”, que “promoverán el empleo” y que “tienen las manos limpias”. Tres años después la historia es diferente. Algunos están en las cárceles acusados de peculado y desvío de recursos, otros pasaron sin pena ni gloria al olvido de la historia o al repudio de la sociedad y unos pocos afortunados se revelaron como artistas del trapecio: solicitaron licencia al cargo y son legisladores o miembros del gabinete, sin haber rendido cuentas claras de su incompleta gestión.

Llama la atención que en los Estados Unidos de América (USA), el presidente, que al mismo tiempo es líder político mundial, sólo gobierne cuatro años; un tiempo reducido para el tamaño del imperio más grande de la historia; el inquilino de la Casa Blanca no las tiene todas consigo, por el contrario, casi siempre cuenta con un contrapeso en el congreso y en los estados, ya que éstos funcionan con una autonomía total; además, debe atender los conflictos que inciden en la política mundial, en los cinco continentes: una enorme carga de trabajo y un tiempo limitado para realizarlo. La reelección por otros cuatro años no es relevante porque los mandatarios estadounidenses que logran reelegirse, son la excepción y no la regla. En cambio, en ciudades modernas o en comunidades paupérrimas, los alcaldes veracruzanos tendrían el mismo espacio de tiempo para atender la administración pública de un territorio de dimensiones muy pequeñas, al lado del vecino gigante.

Es obvio que la propuesta es de buena fe y con las mejores intenciones, pero va a enfrentar la desconfianza generalizada por la historia que se repite cada tres años en casos muy numerosos: con las honrosas excepciones de siempre, no son pocos los ex funcionarios que exhiben una repentina prosperidad económica, digna de una investigación por enriquecimiento inexplicable. Citamos un ejemplo reciente que es el tema del día de la vox populi: se dice que una ex alcaldesa de la zona norte de Veracruz cuenta en su haber con un moderno hotel de cinco estrellas en Cabo San Lucas. ¿Qué habría sucedido su hubiera gobernado cuatro años?, se pregunta la vox populi y ella misma se responde: en cuatro años de gestión municipal habría construido dos hoteles de cinco estrellas en Cabo San Lucas.
Otorgarle más tiempo de poder a individuos de bajo perfil, impulsaría el caciquismo, cuyo terreno muy fértil es precisamente el territorio municipal. En una genuina expresión de un pragmatismo irracional, en la Sierra Totonaca se observaron hechos insólitos que por ningún motivo deben repetirse: un ex alcalde, prófugo de la justicia por el homicidio de un ex síndico que quería ser alcalde, ¡coordinó la campaña de su esposa!, mientras su hermano, también ex alcalde, habiéndose mudado oportunamente a un municipio vecino, estaba en plena conquista de su nuevo lugar de residencia. (En el evento de presentación de éste como candidato, la mayoría de los asistentes, campiranos, estaban aterrorizados, pero, sobreponiéndose al miedo a la continuación de los abusos y la impunidad, los electores dieron el triunfo a un partido de oposición, en 7 de 8 municipios serranos).

Celebramos que por primera vez en la historia de Veracruz el gobernador intente ampliar los espacios para aplicar con éxito el instrumento ideal del desarrollo social y económico que es la planeación; pero se requiere ir más lejos: urge una reforma constitucional que garantice que a ocupar los cargos de elección popular vayan los hombres y mujeres mejor preparados para ese trabajo específico, previamente seleccionados con base a su vocación, solvencia moral, económica e intelectual. Es decir, el perfil de un auténtico servidor público.

Y hablando de ideales, el concepto empresarial en cuanto a recursos humanos, nos excita con la afirmación de que no importa la aptitud, sino la actitud; no estamos totalmente de acuerdo: creemos que aptitud y actitud operan juntas; cada una es complementaria de la otra. Por ello es un acierto lo expresado por un excelente político que fue alcalde, diputado federal y presidente del comité directivo estatal del PRI: “En política, la eficiencia se mide en (buenos) resultados”.

Si la Legislatura sólo aprueba la iniciativa y no inicia el debate para una urgente reforma integral a la Constitución Política local, a Ley Orgánica del Municipio Libre y a todas las que inciden en el proceso de selección y elección de presidentes, síndicos y regidores de los ayuntamientos, nos habrá recetado un paliativo; será necesario profundizar, efectuar una cirugía mayor para extirpar el cáncer de la corrupción, la mediocridad y la improvisación que corroe las entrañas de los ayuntamientos, con cargo a los contribuyentes.

DIÁLOGO DE LA RAZÓN Y LA SINRAZÓN:

-- ¡Ni regresar al pasado, ni aventarnos al abismo!
-- Entonces, señor Creel, ¿nos quedamos seis años más en la carnicería “El
Infierno”?

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